jueves, 31 de julio de 2008

Las barbas del sabio

Gracias al amigo y parroquiano Enrique por llamarme la atención sobre esta viñeta del Sabio, que me ha enviado junto con la pregunta «Esto no puede ser casual ¿no?». Evidentemente, no lo es. Sergio Aragonés es un grande del cómic y su Groo el errabundo imprescindible, pero cuando decimos que no es una casualidad no atribuímos, a pesar de toda nuestra admiración, poderes de vidente al bigotudo dibujante mexicano.


Radovan Karadzic ha llevado su transformación con el rigor de un personaje de ficción; la barba oculta la cara, la barba blanca y la coletita a lo indio nos da el icono del viejo sabio ¿por qué quería parecer un viejo sabio? para ser creíble en su nueva profesión de pseudomédico. Ya Pedro de Urdemalas, cuando fue capturado por los turcos y se enteró de eran mejor tratados los que tenían un oficio útil, se dijo «Como yo vi que ninguno sabía, [...] lo mejor era dezir que era médico, pues todos los errores había de cubrir la tierra, y las culpas de los muertos se hablan de echar a Dios». Efectivamente, si la medicina ya no es lo que era en la época de Urdemalas, muchas otras disciplinas son aptas para empezar una nueva carrera en edad avanzada sin ningún conocimiento previo: si algún día he de desaparecer yo, búsquenme entre los lectores de tarot.

Las imagen de Groo proceden de este blog, especializado en el bárbaro y su autor.
El viaje de Turquía, la odisea de Pedro de Urdemalas (1557), pueden leerlo completo aquí, el fragmento procede del capítulo IV.

1 comentario:

Atilio dijo...

Y ya que estamos, yo, antes era mujer, tenía 4 hijos e hijas y me llamaba Waldeltruda Ermengardis Sincletica, en homenaje a las tres santas. Ahora me llamo Atilio y lo único que me queda de esa época son las tetas.